martes, 4 de octubre de 2011

Pasas del Drama a al comedia

No me sé bien los libretos, nunca me los aprendo completos. Los leo intentando comprender la idea general y repitiendo para mí mismo: hablo yo, luego él, luego ella y luego otra vez yo; me paro aquí, miro hacia allá, señalo la calle imaginaria que pareciera quedar en donde solo hay pesas y cuerdas de la tramoya y repito los textos sobre las acciones, todas las noches durante un mes por lo regular, intentando entender al personaje que me toca representar; reacciono con base en los prejuicios que tengo sobre la persona es, ella o él y completo los espacios vacíos donde deben ir mis frases con algunos cambios en la intención o en las palabras. Mis compañeros aprecian eso porque dicen que les da algo con qué trabajar.

Un día quisiera abandonar la escena, salirme del texto y decir algo que no esté incluido en el guion, obligar a mis compañeros de reparto a reaccionar con lo primero que se les ocurra mientras miran mi cara impávida que deja claro que voy firme en otra dirección, algo que tenga la dosis justa de ficción sobre la ficción... un matiz, un giro pequeño que nos obligue a la emoción. Pensarán mis compañeros que el público no debe darse cuenta de que lo estamos arriesgando todo - como si fuera mucho - que no debemos dar la impresión de haber perdido el control, y juntos, como en una armonía que no existe, le daremos una vuelta a la historia y la llevaremos hacia otro lugar. Pero nunca fui buen escritor, soy actor y regular. Así que no arriesgo la trama, doy la impresión de ser un actor comprometido con el final, ese que ya todos conocen, tan repetido mil veces, tan estudiado, tan aceitado, que llegamos a él ya sin pensar... en las obras que represento el destino no cambia jamás.

Esta entrada me encanto, Porque describe mi vida y es Como en mi vida, tal cual!

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